Por: Lizzett Vargas Ordoñez
DIARIO EL MUNDO - PRENSA MAYOR
En la ciudad existe un crecimiento espléndido y descontrolado de la población, con ello el incremento de asociación de grupos delincuenciales, llamados pandillas, en los últimos cinco años, ha adquirido proporciones preocupantes. Las causas por los que jóvenes y niños ingresan a pandillas es la ausencia física de los padres ; falta de políticas preventivas destinadas a esta población; la proliferación de lugares de expendio de drogas y alcohol; la falta de generación de oportunidades para promover el empleo juvenil, entre las más relevantes. Los datos estadísticos muestran que de cada 10 pandilleros adolescentes el 0,01 % llega a rehabilitarse, según especialistas esto se debe a que la mayoría de estos adolescentes se salen de su casa y muchos de ellos llegan a ser alcohólicos o drogadictos. Otra causa es por falta de constancia de la familia, el joven vuelve a la delincuencia y ese 0,01 % de rehabilitados representa a una madre que no se cansó de rehabilitar a su hijo. Elmer Chánez Espinoza, técnico en Capacitación y Seguridad Ciudadana de la Fundación Participación Ciudadana y Alivio a la Pobreza (PAP), además investigador de la acción de las pandillas en la ciudad, devela inquietantes datos sobre un mundo subterráneo conformado por miles de jóvenes; donde el consumo de alcohol, drogas, uso de armas, ligados a la actividad delincuencial, son un factor común. (ver informacion en)
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